Todos somos consumidores, no importa nuestra edad, ocupación o poder adquisitivo. Cada día, desde que nacemos hasta que morimos.
El consumo inteligente es la capacidad en la toma de decisiones –o pequeñas- cada vez que elegimos un producto, un servicio, una idea o un valor, atendiendo a nuestras necesidades personales, biológicas, psicológicas, espirituales, familiares y comunitarias.
Consumir inteligentemente no es simplemente buscar los precios más bajos del mercado, es una acción mucho más complicada que consiste en entender y establecer el justo balance de la relación Calidad – Servicio – Precio, pues ¿De que sirve comprar “barato” si el bien que adquieres no cubre tus expectativas y su calidad es tan deplorable que de cualquier manera te sentirás estafado?
¿Cómo tomar decisiones inteligentes de consumo?
1.Consumo consciente
Es el que sabe lo que necesita, lo exige y asume las consecuencias de su modo de consumir, es consumidor inteligente.
Es indispensable informarse. Un consumidor que compara calidad y precio, piensa en invertir antes que en gastar,valorando qué tanto sus elecciones de consumo satisfacen sus necesidades reales y los beneficios en su vida.
Un consumidor que es crítico ante la publicidad y la moda, se valora a sí mismo y a los demás por lo que son y no por lo que tienen, que elige y conserva lo que necesita y le gusta.
Es aquel que considera los efectos de su consumo en los demás y prefiere productos artesanales o de proveedores socialmente responsables, con políticas laborales justas y procesos de producción limpios.